sábado, abril 03, 2010

Una hora contigo

He venido esta noche aquí para velar contigo en los momentos en que vas a consumar tu entrega a los hombres.

Jesús, horas antes del inicio de tu Pasión, tu corazón palpita intensamente. Tu amor al Padre pasa por un gesto lleno de libertad. La entrega de tu vida por amor es liberación y redención para todos. Estás dispuesto a morir para que la humanidad se salve. Esta valiente decisión de cumplir la voluntad del Padre y darlo todo hasta la muerte es el camino necesario para la resurrección.

De tu pasión, muerte y resurrección, te haces presente en el Sacramento de la Eucaristía, regalo que nos haces porque siempre quisiste estar en nuestras vidas.

Hoy, en esta noche, estoy aquí para responder con gratitud a tanto derroche de amor.

Estoy aquí para adorarte, venerarte y alabarte. Quiero aprender poco a poco a ir configurando mi vida con la tuya, es decir, a sentir, hacer, vivir como tú viviste y como tú amaste, aunque esto suponga también pasar por un largo vía crucis. Sé que es un precio a pagar por amor a ti.

Hoy, esta noche, quiero mirar desde tu mirada; abandonarme desde tu abandono, sufrir desde tu sufrimiento, hacer silencio desde tu silencio, perdonar desde tu perdón, ser libre desde tu libertad y amar desde tu amor.